Las remolachas, con su vibrante color y sabor terroso, son una de las hortalizas más nutritivas y versátiles que puedes cultivar en tu jardín. Aquí te comparto mis mejores consejos para cultivarlas de forma exitosa, y lograr una cosecha perfecta cada vez!
1. Dónde Cultivar Remolachas
Las remolachas prosperan en lugares soleados, con suelos húmedos pero bien drenados. Es fundamental que el suelo sea fértil; una forma sencilla de mejorar la fertilidad es incorporar compost bien descompuesto o estiércol envejecido antes de sembrar. Esto no solo enriquece la tierra, sino que también ayuda a retener la humedad sin que el suelo se encharque, lo que podría pudrir las raíces.

2. Sembrar Remolachas desde Semillas
Las remolachas tienen la tendencia a “boltear”, lo que significa que pueden florecer prematuramente, lo que vuelve sus raíces duras e incomibles. Para evitar esto, es recomendable escoger variedades resistentes al bolteo, como la ‘Boltardy’. Existen diversas variedades de remolacha, desde las tradicionales de color rojo hasta las doradas, las pálidas o las impresionantes remolachas ‘Chioggia’, que tienen anillos concéntricos dentro de la raíz.
Al sembrar, puedes hacerlo directamente en el suelo o en bandejas de plántulas para transplantar más tarde. La siembra directa ahorra tiempo, pero sembrar en bandejas te da la ventaja de un inicio más temprano en la temporada. Las semillas de remolacha son en realidad cápsulas que contienen varios granos, por lo que cada “semilla” puede dar varias plántulas. Espacia las semillas a unos 5 cm de distancia en la fila, dejando un espacio de 30 cm entre las filas.
3. Trasplante y Espaciado
Cuando las plántulas estén lo suficientemente desarrolladas, trasplántalas cuidadosamente al jardín, asegurándote de no dañar las raíces. Colócalas a 20-25 cm de distancia entre sí. Las remolachas se benefician de crecer en grupos, ya que sus raíces se desarrollan mejor cuando están juntas. Si buscas raíces más grandes, es recomendable ir thinning (eliminando algunas plantas) gradualmente para darles más espacio.
4. Protege las Remolachas de Plagas
Existen dos plagas comunes que afectan a las remolachas: las aves y los minadores de hojas. Las aves pueden picotear las plántulas, por lo que cubrirlas con mallas es una buena solución. Los minadores de hojas crean túneles dentro de las hojas, lo que puede ralentizar su crecimiento. Si ves daños, elimina las hojas afectadas y usa una malla para protegerlas desde que germinan.
5. Mantén las Remolachas Bien Hidratadas
Las remolachas necesitan mucha agua para crecer bien. Asegúrate de regarlas regularmente para evitar que las raíces se vuelvan duras o se agrieten. El riego constante, combinado con un mantillo de recortes de césped o hojas secas, ayuda a mantener la humedad en el suelo por más tiempo, especialmente durante el calor.
6. Cosecha de Remolachas
Puedes cosechar remolachas en cualquier etapa, desde pequeñas como microverduras hasta raíces grandes. La mejor forma de saber cuándo están listas es observando el tamaño de las raíces sobresalientes del suelo. Las remolachas no deben superar el tamaño de una pelota de tenis para evitar que se vuelvan duras. Para cosecharlas, tira de las raíces cuidadosamente y corta las hojas para evitar que absorban la humedad de la raíz.
7. Usos de las Remolachas
No tires las hojas de remolacha; son comestibles y deliciosas. Se pueden cocinar como acelgas o espinacas, o agregarlas crudas en ensaladas. Las raíces de remolacha también son muy versátiles: puedes asarlas, hornearlas, hacerlas puré o incluso deshidratarlas y convertirlas en un polvo nutritivo que puedes agregar a batidos, sopas y otros platillos.
Las remolachas son una fuente increíble de antioxidantes y compuestos beneficiosos para la salud. Su sabor y textura se complementan perfectamente en una variedad de recetas, así que no dudes en experimentar con ellas en tu cocina!