Las habas, también conocidas como frijoles anchos, son una legumbre nutritiva y deliciosa que se pueden cultivar en una variedad de climas. Con su sabor característico y alto contenido proteico, son una excelente adición a muchos platillos. A continuación, te presento una guía completa sobre cómo cultivar habas desde la siembra hasta la cosecha.
1. Elección de la Variedad Adecuada
Antes de plantar, es fundamental seleccionar la variedad correcta de habas. Las más populares incluyen “Aquadulce”, “Broad Windsor” y “Hollybrook”. Cada variedad tiene sus propias características, por lo que deberías considerar tu clima y temporadas de crecimiento para hacer la mejor elección.

2. Preparación del Suelo
Las habas prosperan en suelos bien drenados y fértiles. Comienza limpiando el área de cultivo, eliminando malas hierbas y restos. Luego, labra el suelo a una profundidad de aproximadamente 30 cm. Incorpora materia orgánica, como compost o estiércol bien descompuesto, para mejorar la fertilidad del suelo. Es recomendable que el pH del suelo esté entre 6.0 y 7.0, ligeramente alcalino a neutro.
3. Siembra de las Semillas
Las habas se pueden sembrar en primavera temprana o en otoño, dependiendo de tu clima. En zonas con inviernos suaves, se pueden plantar en otoño para una cosecha anticipada en primavera. En otras regiones, espera a que la temperatura del suelo alcance aproximadamente 4°C (40°F) antes de sembrar.
Planta las semillas a una profundidad de 2 a 5 cm y sepáralas 15 a 20 cm entre sí en hileras que tengan entre 45 y 60 cm de distancia. Después de sembrar, riega ligeramente el suelo.
4. Riego y Cuidado de las Plantas
Una vez que las habas germinen, es crucial un riego constante. Requieren aproximadamente 2.5 cm de agua por semana, especialmente durante períodos secos. Ten cuidado de no encharcar el suelo, ya que no toleran la saturación.
El control de malas hierbas es esencial para evitar la competencia por nutrientes. Mulchar alrededor de las plantas puede ayudar a suprimir las malas hierbas y retener la humedad.
5. Fertilización
Las habas son cultivos fijadores de nitrógeno, lo que significa que enriquecen el suelo con este nutriente, reduciendo la necesidad de fertilizantes adicionales. Sin embargo, una aplicación ligera de fertilizante balanceado al momento de la siembra puede promover un crecimiento saludable, especialmente en suelos pobres.
6. Manejo de Plagas y Enfermedades
Las habas son relativamente resistentes a plagas, pero debes estar atento a pulgones y caracoles. Si observas infestaciones, considera usar jabón insecticida o aceite de neem. Es recomendable rotar los cultivos cada año para minimizar el riesgo de enfermedades del suelo.
7. Apoyo al Crecimiento
A medida que las habas crecen, pueden necesitar soporte para mantenerse erguidas. Puedes utilizar estacas, enrejados o incluso plantas cercanas como soporte natural.
8. Cosecha de las Habas
Las habas están listas para cosechar cuando las vainas están hinchadas y los granos dentro se sienten firmes. Esto suele ocurrir entre 70 y 90 días después de la siembra. Puedes cosechar las vainas cuando aún están tiernas para disfrutarlas frescas o dejarlas madurar para obtener habas secas.
Para cosechar, simplemente corta las vainas de la planta. Si cosechas para granos secos, deja secar las vainas en la planta para evitar el deterioro.
9. Manejo Post-Cosecha
Una vez cosechadas, las habas se pueden disfrutar frescas, congeladas o secas para su uso posterior. Almacénalas en un lugar fresco y seco para mantener su frescura y sabor.
Con estos pasos, podrás cultivar habas saludables y deliciosas en tu huerto. ¡Disfruta del proceso y de las recompensas de tu esfuerzo!